El ataque ruso causó también al menos 40 heridos, de los cuales una veintena han tenido que ser hospitalizados, aunque los equipos de rescate continuaban ayer apagando el fuego y buscando posibles víctimas entre los escombros.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aseguró que el centro comercial no tenía para el ejército ruso “ningún valor estratégico”, añadiendo que “es solo un intento de la gente de vivir una vida normal, lo que enfurece mucho a los ocupantes. (...) Es inútil esperar decencia y humanidad de Rusia”.
Los misiles rusos, siempre según los ucranianos, también mataron ayer a dos personas cerca de Járkiv, en el norte, e hirieron a seis en Odesa, en el sur.