En las ciudades más grandes, con una población de más de un millón de habitantes, los asesinatos descendieron más de un 20 por ciento, mientras que los delitos violentos en esas ciudades bajaron más de un 10 por ciento, según el Informe Trimestral de Delincuencia del FBI, que recoge datos de miles de departamentos de policía de todo el país. Los descensos a escala nacional se extendieron más allá de los asesinatos a prácticamente todas las categorías de delitos violentos y contra la propiedad, incluidas las violaciones, las agresiones y los robos.
La única categoría que experimentó un aumento en 2023 fue el robo de vehículos motorizados, que subió casi un 11 por ciento. Los datos no concuerdan con la percepción pública de que la delincuencia está empeorando. En noviembre, una encuesta de Gallup reveló que casi dos tercios de los estadounidenses consideraban que la delincuencia era extremadamente grave o muy grave, y más de tres cuartas partes creían que la delincuencia estaba aumentando.
Los republicanos, incluido el candidato presidencial, Donald Trump, han atacado a los demócratas por su debilidad ante la delincuencia. En respuesta, el presidente Joe Biden ha alabado el descenso de los índices de delincuencia, especialmente en las grandes ciudades. El fiscal general Merrick Garland, en una declaración este martes, atribuyó el mérito a la estrategia de reducción de la delincuencia violenta del Departamento de Justicia, que incluye la persecución de bandas y delincuentes reincidentes, la incautación de armas ilegales y la contratación de más agentes. Los datos del FBI mostraron que los homicidios se dispararon casi un 30 por ciento en 2020, alcanzando el nivel más alto en dos décadas
